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ISMAEL CAUTI: SOÑADOR y PELUQUERO DE LOS “SIN TECHO” DE TURIN.

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Ismael Cauti, 28 años, es descendiente de italianos que llegaron al Perú en el lejano 1800. Hace  dos años decidió salir del país en búsqueda de nuevos horizontes. Peruanos en Italia conversó con este chico alegre y altruista que anhela verse cumplido su “Sueño Europeo”.

PEI: ¿Por qué saliste del Perú?
Estuve estudiando un año ciencias de la comunicación en la Universidad, pero por problemas económicos dejé la carrera y me formé como peluquero. Primero estuve buscando trabajo en Alemania y en España durante un mes, pero no encontré nada así es que decidí venirme a Italia. Mi mami vive en Turín desde hace años y pensé que sería más fácil encontrar trabajo en Italia.

PEI: ¿Y así ha sido?
Para nada, encontrar trabajo en Italia es muy difícil y aún más cuando tienes los documentos vencidos. A pesar de que mis tatarabuelos eran italianos no tengo derecho a la nacionalidad. Primero estuve buscando en Roma durante un mes y al no encontrar me fui a Turín. Para ganarme la vida cuido a un señor anciano, pero claro “al negro”, lo que no me permite regularizarme. He estado esperando la “sanatoria” pero no ha llegado. No me quejo, la vida para mí no es tan difícil, tengo a mi familia, frecuento un grupo de danzas folclóricas y además hago voluntariado. No estoy solo y soy una persona muy positiva. Sé que lo lograré.


PEI: ¿Pero para muchos inmigrantes no es así? 
No, hay gente que duerme en la calle o en la estación de tren. Generalmente son marroquíes. Nunca he visto a un latino en la calle porque viven en cuartitos todos juntos. Son habitaciones que les alquilan otros compatriotas. Pero no es una vida. Tienen una cama donde dormir, pero el resto del tiempo están en la calle. Comen en los comedores populares de la Caritas.  Hay mucho sufrimiento.

PEI: ¿Es por eso que haces voluntariado? 

Si, en el Perú era promotor para el Ministerio de Salud. Iba a colegios, discotecas y lugares de placer para promover los preservativos y prevenir enfermedades y embarazos no deseados.

Aquí en Turín comencé a frecuentar a las Hijas de Maria Auxiliadora, una congregación de Salesianas de Don Bosco. Con ellas aprendí el italiano. Me hice muy amigo de la hermana Maria Carpio. Conocí también a una asociación que se llama "opportunanda" que ayuda a las personas “sin techo” cortándoles el pelo gratuitamente y yo decidí ofrecerme como voluntario, para devolver lo que había recibido y porque me chocaba ver a esa gente sucia y sin poder ni siquiera afeitarse.



Cortar el pelo, la barba o el bigote parece un gesto pequeño, pero esto les da mucha alegría y les ayuda a recuperar su dignidad. No solo mejoran su imagen, sino que encuentran personas con las que hablar y recuperar un poco de normalidad. A todos nos gusta ir al peluquero.



Para mí ha sido también una ocasión de practicar mi profesión y de insertarme en la comunidad. Ha sido muy positivo. Están muy contentas con mi trabajo y ¡hasta me han escrito una carta de recomendación!




¡Hace unos meses la RAI 3, uno de los principales canales italianos, hizo un reportaje intitulado “Barbieri d’Italia” en el que viajaron por todo el país encontrándose con distintos barberos, ¡una de las profesiones tradicionales más típicas de Italia! Vinieron a filmar nuestro trabajo en la casa San Luisa. ¡Me sentí muy orgulloso!


PEI: ¿Cuáles son tus proyectos?
 La peluquería es mi gran pasión. Además de cortar el pelo a los "sin techo" lo hago también a domicilio y en peluquerías "al negro", pero mi gran sueño es tener mi proprio salón de belleza. Tengo también tantas ganas de ir al Perú a ver a mi familia. Pero para todo eso necesito regularizar mi situación migratoria.

Sandra Bossio © 




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